Viet Cong

Llegar a Ho Chi Minh después de quince horas en un luxury bus, el cual supuestamente tenía baño y wifi… Supuestamente… El wifi no funciona y el baño son las paradas que se van haciendo en el camino… Alex compartía cama con un chico. Eso es un luxury bus aquí.

Nos dejaron en una calle, no teníamos dinero ni mapa, pero lo solucionamos en un pequeño hotel cercano.

Quedamos a comer con Gabi y Joe. Toda una alegría poder compartir nuestro tiempo con ellos. Nos cuentan cosas de la cuidad y nos recomiendan tanto de aquí cómo del país.

A Gabi le dije que la visitaríamos algún día y aquí estamos. Que alegría!!!!! Ella trabajaba en la guarde a la que fue Alex, pero hace unos años decidió junto a Joe irse fuera, y por ahora ha sido todo un acierto!

Nos ponemos al día de la historia del país y visitamos los túneles de Cu Chi. Yo no soy capaz de meterme, los chicos aguantan hasta la mitad del primero. Interesante… El Museo de la Guerra nos lo saltamos, demasiado duro y demasiada guerra .

Otra sorpresa bien guardada para Alex. Esta vez conseguimos que pueda entrenar una semana en la sede de la Juventus en Vietnam. Alex se entrega!

La semana avanza y nosotros recorremos las calles y templos de los diferentes distritos de esta ciudad que nos tiene cautivados. 

Visitamos la guarde en la que trabaja Gabi y se me humedecen los ojos… niños libres, alegres y felices! Que bonito lugar!!!

La antigua Saigon nos tiene enamorados. Las millones de motos, el ruido, los pitidos… no nos importa. Tiene una belleza que mezcla lo nuevo y lo viejo, ciudad súper cosmopolita y centro financiero del país. Otra ciudad que, a pesar de su gran tamaño, nos ha cautivado tanto,  que no me importaría venir a vivir durante un tiempo.

La gente vuelve a sonreír, parece que les queda un poco más lejana la guerra que a sus vecinos camboyanos, o debe de ser que tienen ese carácter tan alegre. 

Hoi An… ciudad de cuento… mezcla japonesa, china, francesa  y vietnamita. Tubo que ser espectacular en su época.

Por la mañana no hay mucha gente, pero por las tardes parece Venecia con las calles llenas de turistas. Y es normal, porque esto es una maravilla. Nadie quiere perdérselo! Iluminada, calles llenas de farolillos de colores.

La gente nos parece aún más encantadora. Y disfrutamos mucho la comida vietnamita.

Paseos en moto,  visitamos la playa con palmeras, los campos de arroz y las zonas de cultivo ecológico. El pueblo de la cerámica, y las Marbel Mountains en la cercana Danang. 

Expectativas altas que se superan con creces las que teníamos de este país. Nos empezamos a preguntar cómo no hemos venido antes.

El viaje continua… Visita a Hue, tumbas imperiales y la Ciudad Prohibida, más paseos en moto y paisajes espectaculares.

Optamos por coger tren cama nocturno a Ninh Bim en lugar de luxury bus. Esta zona es considerada como el Halon Bay de interior. Días especiales en los que recorremos el río de Trang An en barca, entre las formaciones Karsticas, sus cuevas y sus templos. La tranquilidad, el paisaje… Nos parece un lugar único y maravilloso. Visitamos los alrededores disfrutando de paseos en moto y en bici… Atardeceres, reflejos y colores… Sin palabras.

Tenemos dudas de visitar Halong Bay… No nos apetecen aglomeraciones de gente. Nos decidimos por ir a Cat Ba y salir desde allí navegando a Halong. Cat Ba parece una bahía de piratas, es precioso el paisaje, los barcos en el agua.

Tenemos suerte y solo compartimos barco con una pareja alemana. Empezamos a navegar y volvemos a saber que hemos acertado. Alex está encantado y le encanta el barco.

Con nosotros viene Oui, el guía. Navegamos… El paisaje… Esta vez rodeado por el mar. Algunos pueblos flotantes dedicados al engorde de peces y ostras.

Espectacular el movimiento del barco, el paisaje, el sol. Disfrutamos mucho.

Visitamos alguna cueva, algunas lagunas y por la noche el plancton bioluminiscente que ilumina mis ojos mucho más. Con una gran sonrisa nos vamos a la cama de nuestro camarote. Al día siguiente cambiamos de barco, navegamos, recorremos algunas playas, un poco de kayak y disfrutamos del paisaje despidiéndonos de esta bella naturaleza. 

Rumbo a Hanoi. Nos quedan sólo tres días y tres noches. Esta vez no podremos alargarlos, el visado se termina y tenemos que salir de este maravilloso país. 

Recorremos el old quarter, el pitido de las motos y el tráfico me satura un poco al principio, lo habíamos olvidado ya. Nos acostumbramos de nuevo. Andamos bastante para ver la ciudad, disfrutamos de las calles, los edificios, la herencia francesa, y el teatro de marionetas del agua.

Y llega el día de partir. Vietnam has sido toda una sorpresa para nosotros … nos vamos de aquí con las caras iluminadas por tu belleza y por tu gente. Gracias!