Llegamos a Canggu y pienso que llego tarde. Quizás quince años antes hubiera estado más mimetizada…zona de jóvenes, la media está en veinticinco.
Hay mucho sitios increíbles: tiendas, restaurantes, alojamientos… con diseños preciosos. Paseos en moto, calles que de repente se abren a arrozales y algunos atascos. Recorremos las calles, visitamos las playas, vemos como surfean y descansamos.
Y llega el día del parque acuático… pone que el mejor de Asia. Para llegar atravesamos Seminyak y Kuta y me parece una zona saturada de gente, de centros comerciales, de resorts… no me gusta. Ahora veo con mejores ojos Canggu.
El parque acuático ha sido muy divertido, con muchas risas y agua caliente. He evitado algunas atracciones, ya no somos unos adolescentes atrevidos que veíamos diversión en cualquier parte… el cansancio se apoderó además de nosotros y pienso, menos mal que ya me quedan pocos años en estas atracciones.
La Bali de los templos, la que recorrimos hace tres años me da otra sensación de esta isla, y es la que más me gusta. Aún así me agrada conocer otras zonas, entre casas pequeñas templos, o templos dentros de las mismas, ofrendas por todos lados, muchos colores. Me pregunto cuantos millones de ofrendas se hacen diariamente.
Después de cinco días de modo vacaciones, nos desplazamos a Nusa Lembongan. Una isla al sur considerada como la antigua Bali, turística, pero muchos menos, los 8 km de isla no pueden abarcar mucho. Agua transparente, arena blanca y agua fresca. Las olas rompen en el reef que hay alrededor de la isla. Impresiona el sonido y la espuma. Hoy no alquilamos moto, toca andar por la playa y hace mucho calor.
Los niños juegan al bádminton dentro de los templos.
Con moto cruzamos el puente amarillo con la que se conecta con Nusa Ceningan. La marea está baja pero sube por minutos. Visitamos algunas playas con paisajes espectaculares, Blue lagoon y las lágrimas del diablo. El mar pega fuerte y es un espectáculo. A la vuelta, ya en Lembongan, vemos las preciosas vistas desde la montaña… la playa idílica de arena blanca llena de barcas, el pueblo. Tenemos suerte, y se puede ver el impresionante volcán Agung de Bali, espectacular con sus más de 3000 metros… que imagen!
El pueblo en lo alto de esta cima, lleno de pequeños templos, templos con casas, casas con templos.
Al día siguiente contratamos un club de buceo para hacer snorkel. Cuando llegamos el barco está en seco y hay q esperar que suba la marea. En un rato ya está todo listo y salimos dirección Nusa Penida, tercera isla de este conjunto, la más grande y más al sur. Muy montañosa y grandes acantilados la separan del mar. La única forma de llegar a ella es en barco. Nosotros sólo visitaremos sus aguas.
En una media hora de navegación llegamos al primer Manta Point pero parece que no se dejan ver y navegamos media hora más para localizarlas.
Y allí están, desde el barco se ven dos mantas casi en superficie! Nos tiramos al agua con las gafas y tubo, el agua impresiona, está realmente fría y hay mucho movimiento y un poco turbia. Alex se asusta y quiere volver al barco. Lo dejamos con la tripulación. Nosotros queremos verlas. Vemos una, luego otra, luego una más y de repente se convierten en tres, y una de ellas bastante grande. Que bonitas!!!!! Espectacular!
Volvemos al barco, comemos a bordo en una zona con menos movimiento. Después vamos a Cristal Bay. Una playa de ensueño con aguas cristalinas y agua más caliente. Peces y corales de todos los tipos y colores. Alex se anima a mirar agarrado a la escalera del barco, toma confianza y le encanta lo que ve… por fin se anima y se suelta. Está súper emocionado con tantos peces de colores. Solo dice mira mira mira mira! Descubre a unos pequeños Nemos. Está disfrutando mucho. Compartir esto con él me gusta más aún. Que buen día y que buena experiencia.
Seguimos de visita con moto por la isla. Baños y atardeceres de ensueño con colores mágicos.
En nuestro último día vemos una ceremonia, una cremación colectiva. Impresiona ver el rito, las caras, los bailes de las figuras, las ofrendas, la música, los colores y la alegría. Las torres simbolizan el cosmos y tienen un espíritu protector, las criaturas tipo toro son los sarcófagos para el viaje. Es el momento más importante, el paso del alma a una vida mejor, el desapego del alma con lo banal. El fuego purifica y libera. El alma se libera del cuerpo y hay que asegurar que no le falte nada en ese viaje, por eso la quema de los huesos se hace con muchas ofrendas dentro de la especie de criatura tipo toro. Después de la quema se recogerán las cenizas que queden y se guardarán en el templo de la casa familiar.
De vuelta en Bali, nuestros últimos días en Indonesia. nos los tomamos con mucha calma.
Tenemos suerte y coincidimos con gente de Batukaras (Tedi, Mamen, Moni y Jenal). Nos ponemos al día del pueblo que dejamos atrás. Es un placer compartir con ellos este rato y volverlos a ver.
Los días llegan a su fin en este preciso país que tanto nos ha dado en estos dos meses. Hay que marcharse y continuar nuestro camino, sin olvidarnos de ello.
Me encanta … que sitios y gente tan bonita 🙂
Anichi sonríe a la cámara 😜😂