Borneo

No es rápido llegar a otros destinos , hay que dedicarle tiempo. Apenas 300 kilómetros en once horas de coche por una pequeña carretera, para llegar al aeropuerto Semarang, norte de Java.  Ese día madrugamos… a las cuatro estábamos en ruta. Nuestro avión ponía rumbo al sur de Borneo. Llegamos por la tarde, pero por la mañana comenzaría nuestra experiencia a bordo de un koklot recorriendo el río en el Parque Nacional Tanjung Puting. A bordo del “Jungle boat”navegamos rió arriba, mientras el paisaje cambiaba y el río se estrechaba.

Nos acompañan la guía, Ita, el capitán y su ayudante, la cocinera y su hijo de cinco años.  Todos pasaríamos a bordo dos días y dos noches, escuchando los sonidos de la selva.

En el barco, la vida transcurre tranquila, navegamos, comemos, visitamos, volvemos a comer, esperamos, volemos a comer , navegamos, visitamos y volvemos a comer. Sí, mucha comida, mientras vemos monos macacos y narigudos. A la cama nos vamos muy pronto, porque de noche poco hay que hacer después de ver las luciérnagas.

En Tanjung Puting viven más de 6000 orangutanes. Algunas curiosidades sobre estos primates: el pelaje en esta zona es más oscuro que el que presentan estos animales en Malasia, mas rojizo aún. Se diferencian varias etapas en el desarrollo hasta la madurez sexual, las hembras están listas a los 15 años en cambio los machos, a los 20 años. Los machos adultos presentan una gran papada, que les permite hacer un sonido para ganar a otros machos y hacerse dominantes. También tienen como los mofletes muy oscuros y  aplanados, esto les sirve como carácter sexual de atracción a la hembra. La hembra cuando tiene a su cría la cuidará durante unos 8 años. En la zona que visitamos el macho alfa se llama Terry. Hubo otros, hasta un tal Carlos, pero duró menos de un año. Viven unos 45 años.

La principal amenaza para esta especie es el hombre: los cultivos de palma,  la pérdida de su hábitat natural, el consumo de su carne y el robo para usarlos como mascotas, …

Visitamos tres plataformas de alimentación a las que acuden principalmente orangutanes en rehabilitación, aunque no entendemos de que se rehabilitan, porque aparentemente se les ve sanos y sin heridas. Sobre todo son hembras con sus crías y algún macho adolescente.

En las plataformas les proporcionan comida extra, como apoyo a la alimentación que deben de buscar diariamente en la selva y principalmente esta basada en plátanos o fruta de temporada.

Hemos tenido mucha suerte, acudieron orangutanes a las tres plataformas, además de dos grandes jabalíes, y un divertido mono gibón.

La primera noche hicimos un pequeño trecking y vimos una tarántula en su hogar, hormigas gigantes, saltamontes que muerden, una cigarra que me atacó varias veces (socorro! ¿por qué a mi que no me gustan los bichos???), cucarachas asiáticas, una serpiente, una rana, un martín pescador durmiendo plácidamente y otro pajarito en su nido que no recuerdo su nombre.

Hemos conocido los árboles de la zona y también a otros turistas que como nosotros venían a lo mismo… sobre todo españoles, que son los principales turistas de  la zona. ¿Qué atracción tenemos los españoles con estos primates?…

Conversaciones sobre el calor húmedo, tan sofocante y difícil de soportar. Es difícil estar observando mucho tiempo con Alex, así que me invento conversaciones entre los orangutanes poniéndoles voces a cada uno de ellos. A Alex y a mi nos da la risa tonta y la contagiamos a otros turistas.

Ha sido emocionante ver a esas mamás portando a sus bebés, sus gestos, sus movimientos, sus miradas. Tan naturales y libres y tan cercanos a nosotros.

Los vemos bastante cerca. En la última plataforma se pone a llover, lo cual hasta se agradece bastante…la gente vuelve a sus barcos, nosotros decidimos quedarnos las dos horas por si aparece el macho alfa, pero entonces una mamá con su bebé baja del escenario y se acerca a los humanos tranquilamente.  Alex, curioso, quiso acercarse a la cuerda  que los separaba y le pasó a un metro, que suerte hemos tenido. El macho alfa no se deja ver aquí tampoco. Lo echamos de menos.

Nos ha gustado y lo hemos disfrutado pero no me lo imaginaba así, es una atracción turística  y un espectáculo. Eso sí, con mucho respeto durante la visita a los orangutanes, tanto por el silencio que se guarda por parte del público como por el cumplimiento estricto del horario de visita a las plataformas.

Hay una cosa que no me han gustado nada, en la última plataforma pusieron leche de vaca y azúcar. Los orangutanes se la bebían, pero no entiendo el bien que les hace. Nuestra guía dice que es que  les gusta mucho, pero en la naturaleza no disponen de ella como recurso natural ¿por qué ofrecérselo?

Ojalá gran parte del dinero que nos hemos dejado sirviese para mantenerlos a salvo durante mucho tiempo y sin contacto con el humano.

Lamentablemente se prevé una extinción de la especie en unos 50 años, ojalá se equivoquen.

 

2 comentarios en “Borneo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *