Sri Lanka y Maldivas, 2013

Aún hoy, Alex sigue diciendo que este fue su mejor viaje, y eso que tenía tan solo tres años. Tenía muchas granas de ir porque sabía que al ser verano todo el rato, podría comer helados todos los días… y así lo hizo… el soniquete de la motillo heladera sonaba en la playa de Welligama y Alex se daba la vuelta corriendo. Ya fuera en la playa o en la montaña, el helado no faltaba. Aún recuerda también ser el primero de todos en ver al pequeño leopardo desde el Jeep. Y las historias de la roca de Sigiriya y Buda, que me la pedía todas las noches…

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